La participación



¿Por qué hace falta que un ayuntamiento se plantee fomentar la participación como una tarea que le corresponde?
Uno de los argumentos que podríamos utilizar para ejemplificar la participación seria que el ayuntamiento le debe interesar saber lo que quiere la ciudadanía para encaminar la labor. Sin embargo, la participación va mucho más allá ¿Quieres saber más?

Podríamos dividir la participación en dos claras intenciones: el deseo de formar parte en alguna cosa o el deseo de causar la acción y efecto de participar.
Por otro lado, podemos encontrar la denominada “participación social” la cual pretende una acción y efecto de formar parte en todo aquello correspondiente o relativo a la sociedad.

La participación se divide en una serie de niveles. Esto se puede identificar como un proceso dividido en los siguientes niveles:
-          La información, la cual supone el primer nivel y es totalmente necesario para su inicio.
-          La opinión, donde los ciudadanos construimos discursos a modo colectivo de nuestra realidad
-          La consulta, donde se produce un intercambio entre los espacios centrales de poder y gracia el conjunto.
-          La reclamación, donde la situación se interviene ya que las personas hacen llegar sus quejas o reivindicaciones a espacios de poder
-          La decisión o co-decisión, donde se comparte la capacidad de llegar a un acuerdo sobre un determinante aspecto desde las personas afectadas
-          La congestión, que implica no solo tomar decisiones sobre asuntos que nos afectan sino comprometernos en su ejecución, en la puesta en marcha, así como en el control de su desarrollo.
-          La autogestión, que sería el máximo nivel de participación, donde se ponen en marcha iniciativas que responden a las necesidades e intereses de sus progenitores de forma autónoma -no depende de otros sectores políticos y económicos- todo teniendo en cuenta a otras formas de acción dentro de un territorio.

¿Como se puede fomentar la participación?
Se puede comenzar fomentando las redes sociales y de este modo se podría incrementar el asociacionismo, la voluntariedad y el asociacionismo informal. No debemos olvidar que las redes sociales es una herramienta social y actual muy influyente. En segundo lugar, podemos cambiar los modelos de gestión del ámbito público, estableciendo presupuestos participativos, consejos de participación y gestión comunitaria.
En tercer lugar, se puede fomentar la participación creando ciudades abastadles, creando encuentros atar el intercambio, nuevamente junto con redes sociales y crear redes para intercambiar la participación y creando espacios y tiempos para que se lleven a cabo estos intercambios, es decir, espacios donde las personas puedas relacionarse y por lo tanto para que puedan participar.
Y, por último, pero no menos importante, formar a la ciudadanía en la participación.

¿Cuáles son las condiciones que se deben dar, entonces, para una buena participación?
En primer lugar, saber participar, y el mejor modo para aprender estas cosas es destinando un espacio de formación donde se enseñen los diferentes tipos y modos de la participación. En segundo lugar, poder participar, y para ello tener una organización clara y concreta, así como espacios destinados a esta labor. Y, por último, querer participar mediante la motivación. La motivación puede cultivarse mediante los dos pasos anteriores, si tu posees una buena formación y dispones de una buena organización y espacios destinados a ello la motivación incrementa, incluso, nace entre estos hechos.

Así pues, la participación puede ser una parte fundamental para la ciudadanía ya que puede aportar aspectos muy positivos a los espacios de ocio y lúdicos. Sin embargo, si esta no se fomenta o se fundamenta o incluso si no se visibiliza de forma correcta puede no ser efectiva incluso llegar a ser una tarea para los y las ciudadanos/as que evaden y evitan.

- Lidia Ortí Salinas -





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